En muchas ocasiones, hemos oído que Lenin se oponía totalmente a la implantación del capitalismo en Rusia, sin embargo, en esta obra: Dos tácticas para la socialdemocracia, alude a la supresión de las formas de producción del pasado, para dar paso a la libre circulación del capitalismo. Esto lo afirma tan tajantemente, porque probablemente se dio cuenta de que la única manera de mejorar las condiciones de los proletarios y campesinos, era con la instauración del capitalismo. Todo esto se debía hacer a través de la revolución burguesa, liderada por el proletariado y con la consolidación de la dictadura democrática y socialista. De ahí, que no debe ser la burguesía la que encabece esta revolución -los mencheviques o neoiskristas sí estaban a favor-, ya que estos no llevarían hasta el final la revolución.