En esta grandísima obra del genial Gabriel García Márquez, observamos que Rosa Cabarcas hace de celestina al buscarle a don sabio la petición que quería. Su petición era un poco descabellada, ya que deseaba quitar la virginidad a una niña de catorce años. Lo genial de todo esto es que, aunque sea una situación un poco asquerosa, su realismo mágico nos envuelve en una historia inverosímil, pero posible en la pluma de este premio Nobel.
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