Este fragmento es significativo para conocer a Holden Caulfield, personaje extremadamente curioso. Una de las cosas que más me asombraron fue su impaciencia y su capacidad para cambiar de tema tan rápido, que deja en blanco a los que están hablando con él. Sin embargo, entiendo la frustración y vacío del personaje que ve que su padre lo quiere controlar todo y lo matricula de colegio en colegio. Como siempre, son personajes descuidados por su familia y que acaban desarrollando comportamientos sicópatas. Bien es verdad que esto es una generalización, pero Salinger lo ha narrado de forma magistral.
No obstante, este fragmento dice mucho sobre el personaje y sobre su personalidad que roza la locura, ya que tiene sangre en la boca y se fascina por ello después de hacer rabiar a su compañero de piso.
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