Aquí Aristóteles nombra una islas llamadas Islas Afortunadas, en las que se vive en paz y tienen todo tipo de bienes, por lo tanto, una ciudad debe proveer a sus ciudadanos de las necesidades básicas. Habla de estas islas como si fueran un paraíso e incluso puede que se refiera a nuestras Islas Canarias, conocidas con ese apelativo desde la Antigüedad. Pero la clave está en que los políticos deben dar a sus ciudadanos todo lo necesario. Por ende, muchos políticos actuales deberían leer a los autores clásicos.
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