lunes, 15 de agosto de 2011

Intertextualidad: Esquilo y su influencia en la literatura


PROMETEO: ¡Ay, qué sufrimiento! Hijas de la fecunda Tetis, hijas del padre Océano, que con su curso insomne gira en torno a toda la Tierra, ¡miradme!, ¡contempladme!: ¡Aquì encadenado, aprisionado en esta cima rocosa, custodiado de este precipicio, monto una nada envidiable guardia.


CORO: Te vemos, Prometeo, y una leve y tìmida niebla llena de lágrimas nuestros ojos al contemplarte sobre esa roca consumiéndote bajo la ignominia de estos grilletes de bronce. Y todo ello porque nuevos mandos gobiernan el Olimpo, y Zeus, con nuevas leyes, reina de manera arbitraria aniquilando a los colosos de antaño.

PROMETEO: ¡Si por lo menos hubiéseme precipitado bajo tierra, hasta el infranqueable Tártaro, más allá del Hades hospitalario a los muertos, aherrojándome ferozmente con insolubles cadenas, de tal suerte que ni un dios ni nadie se regocijara de ello! Pero, heme aquì, como un vil juguete de los vientos, sufriendo de manera miserable para escarnio de mis enemigos.




CORO: ¿Quién de los dioses tendrà un corazòn tan duro para recrearse y regocijarse con tus padecimientos? ¿Quién, además de Zeus, no es susceptible de compartir tus pesares? Porque Zeus, en su eterna ira somete la estirpe celestial, y bien sabemos que no habrà de cejar hasta haber saciado su pasión. (Mirando a Prometeo) Y pensar que tu única oportunidad sería que otro dios tomase el lugar de Zeus ... pero ... eso es, y lo sabes, imposible.


¿A qué personaje de nuestra literatura se parece Prometeo?


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Bienvenido al blog, puedes opinar lo que quieras, pero siempre desde el respeto. Un saludo