ANTONIO
BUERO VALLEJO
FERNANDO,
HIJO.-
¡Carmina! (Aunque esperaba su presencia,
ella no puede reprimir un suspiro de susto. Se miran un momento y en seguida
ella baja corriendo y se arroja en sus brazos) ¡Carmina!...
CARMINA,
HIJA.-
¡Fernando! Ya ves… Ya ves que no puede ser.
FERNANDO,
HIJO.-
¡Sí puede ser! No te dejes vencer por su sordidez.
¿Qué puede haber de común entre ellos y nosotros? ¡Nada! Ellos son viejos y
torpes. No comprenden… Yo lucharé para
vencer. Lucharé por ti y por mí. Pero
tienes que ayudarme, Carmina. Tienes que confiar en mí y en nuestro cariño.
CARMINA,
HIJA.-
¡No podré!
FERNANDO,
HIJO.- Podrás. Podrás…
porque yo te lo pido. Tenemos que ser más fuertes que nuestros padres. Ellos se
han dejado vencer por la vida. Han pasado treinta años subiendo y bajando esta
escalera… Haciéndose cada día más mezquinos y más vulgares. Pero nosotros no
nos dejaremos
vencer por este ambiente. ¡No! Porque nos marcharemos de aquí. Nos apoyaremos el uno en el otro. Me ayudarás a
subir, a dejar para siempre esta casa miserable, estas broncas constantes,
estas estrecheces. Me ayudarás,
¿verdad? Dime que sí, por favor. ¡Dímelo!
CARMINA,
HIJA.-
¡Te necesito, Fernando! ¡No me dejes!
FERNANDO,
HIJO.-
¡Pequeña! (Quedan un momento abrazados.
Después, él la lleva al primer escalón y la sienta junto a la pared, sentándose
a su lado. Se cogen las manos y se miran arrobados). Carmina, voy a
empezar enseguida a trabajar por ti. ¡Tengo muchos proyectos! (Carmina, la madre, sale de su casa con
expresión inquieta y los divisa, entre disgustada y angustiada. Ellos no se dan
cuenta).Saldré de aquí. Dejaré a mis padres. No los quiero. Y te salvaré a
ti. Vendrás conmigo. Abandonaremos este nido de rencores y brutalidad.
CARMINA, HIJA.- ¡Fernando!
(Fernando, el padre,
que sube la escalera, se detiene, estupefacto, al entrar en escena)
FERNANDO,
HIJO.-
Sí, Carmina. Aquí solo hay brutalidad e incomprensión para nosotros. Escúchame.
Si tu cariño no me falta, emprenderé muchas cosas. Primero me haré
aparejador. ¡No es difícil! En unos años me haré un buen aparejador. Ganaré mucho dinero y me solicitarán
todas las empresas constructoras. Para entonces ya estaremos casados… Tendremos nuestro hogar, alegre y limpio…, lejos
de aquí. Pero no dejaré
de estudiar por eso. ¡No, no, Carmina! Entonces me haré ingeniero. Seré el mejor ingeniero del país y tú serás mi
adorada mujercita…
CARMINA,
HIJA.-
¡Fernando! ¡Qué felicidad!… ¡Qué felicidad!
FERNANDO, HIJO.- ¡Carmina!
(Se contemplan
extasiados, próximos a besarse. Los padres se miran y vuelven a observarlos. Se
miran de nuevo, largamente. Sus miradas, cargadas de una infinita melancolía,
se cruzan sobre el hueco de la escalera sin rozar el grupo ilusionado de los
hijos)
De Historia de una escalera
1.
Caracterización de los personajes, espacio y tiempo.
2.
¿Qué rasgos muestran la tendencia literaria del mismo
o a las características propias del autor?
3.
Exponer y argumentar la tesis propia.
En este fragmento que les he dejado, vamos a trabajar el
teatro. Recuerden que, junto con Lorca, representan los textos dramáticos de
PAU. Justo debajo de este ejercicio tienen unos recursos para realizar las
preguntas.
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