Tenemos ante nuestros ojos un texto
expositivo-argumentativo que comentaremos en las próximas líneas. Sabemos su
tipología gracias a que tiene una serie de características generales y
lingüísticas, las cuales lo diferencian de otras tipologías textuales. Hilado a
las primeras, son textos que suelen tener una tesis, están bien estructurados
con una introducción, una argumentación y una conclusión. Además, no tienen
lenguaje literario, aunque sí recursos literarios, tienen un título atractivo,
están insertos en periódicos en la sección de opinión, tienen un autor que escribe
un tema de bastante calado y se intenta llamar la atención del lector. Respecto
a las lingüísticas, son textos que tienen oraciones enunciativas: “Tienen razón”
(línea trece), oraciones interrogativas (“¿saben que el principal medio de transporte de
mercancías en el interior de África son las mujeres?”)
(primer párrafo), oraciones exclamativas tales como “¡qué tenacidad y qué potencia tienen esas mujeres
cimbreantes!” (línea seis) u oraciones dubitativas: “No sé si se puede extraer alguna enseñanza de
esto” (último párrafo). Todas ellas anuncian y
apoyan la tesis que puede encontrarse antes de ellas o después. También es
importante nombrar que existen estructuras sintácticas muy largas, con el
predominio de la subordinación frente a la coordinación: “Cartas de hombres que se sienten maltratados por
sus ex parejas y por los jueces; que se han quedado sin sus hijos; que dicen
haber sido denunciados falsamente” (tercer párrafo).
Otra de estas características es el uso de léxico denotativo, que facilita la
lectura al lector (“mujeres, cartas, parejas…”) y léxico connotativo como
“cimbreantes” (línea seis), usado con un sentido reivindicativo, puesto que son
mujeres que han resistido siempre como cimbras que no se rompen. Incluso
observamos fórmulas de opinión: “Eso sigue igual” (línea cinco). Y para acabar
de justificar el texto, podemos apreciar la utilización de conectores que
podemos ver en la línea uno (“o”), en la línea tres (“por un lado”, “por otro”)
o en la línea ocho (“sin embargo”).
Una vez finalizada la justificación de por qué es un
texto expositivo-argumentativo, es vital hablar de las funciones del lenguaje.
Así, divisamos que la que más abunda es la apelativa o conativa, ya que la autora
nos intenta llamar la atención a través de argumentos afectivo-emotivos como “a
mi mesa llega una marea constante de cartas airadas” (primera línea del tercer
párrafo). Otra de las funciones del leguaje encontradas es la representativa
localizada en las dos primeras líneas del texto. Con ella, Rosa Montero nos
presenta el texto con objetividad y sin opinar todavía. También hemos visto la
función expresiva en la frase del texto: “¡Regálales libros!” (última línea). A
través de ella, la periodista nos resalta la posible solución ante este
problema: la cultura. Aunque no hemos visto en nuestra lectura ejemplos
textuales de las funciones fática y metalingüística, sí hemos hallado un
ejemplo textual de poética por medio de la hipérbole: “A mi mesa llega una marea
constante de cartas airadas” (línea 11), con la que no solo embellece el texto,
sino que, incluso, nos hace ver la envergadura del problema entre los hombres y
las mujeres.
Lo siguiente que vamos a realizar en el comentario es
hablar de los elementos de la comunicación. Así las cosas, divisamos que el
emisor es Rosa Montero, el receptor es un público amplio y heterogéneo, el
mensaje es “las diferencias insalvables entre hombres y mujeres”, el canal es
el papel, el código, la lengua escrita española y el contexto es el aula. En
añadido no nos podemos olvidar de la retroalimentación, que nos permite
entender el texto y, así, provoca que se produzca el cambio de turno, o sea, si
lo entendemos podemos hacer el comentario y convertirnos en emisores.
Y para cerrar con el primer apartado del comentario,
es conveniente indicar el subgénero periodístico, el cual es el artículo de
opinión que se puede encontrar en un periódico tanto digital como impreso.
Respecto a la tesis, vemos que se localiza en las dos
primeras líneas del texto y que es la que sigue: “Las mujeres y su difícil
relación con los hombres. O los hombres y su dificilísima relación con las
mujeres”. Por lo tanto, al estar ubicada al principio la tesis es deductiva.
Otro apartado que hay que tener en consideración son
los temas. Así observamos que en el primer párrafo tenemos “la relación entre
hombres y mujeres” y “la desigualdad de las segundas”; en el segundo párrafo,
Rosa Montero nos muestra temas como “la mejora de las mujeres” y “el machismo
tradicional”; en el tercer párrafo, podemos decir que se reflejan temas tales
como “las falsas denuncias” y “el mantenimiento del machismo”; y en el cuarto
párrafo, se aprecia el tema de “la coeducación”.
Vinculado a la estructura del texto, la
introducción solo abarca las dos primeras líneas del texto, la argumentación va
desde la línea dos (“veo las noticias…”) hasta la línea diecisiete, en la que
Rosa Montero defiende su tesis y la conclusión que se ubica en el último
párrafo y la periodista la usa para cerrar el texto.
Lo siguiente que vamos a
realizar es el resumen quedando de la siguiente forma:
Las mujeres y los hombres siempre se
han llevado mal. No obstante, esta situación ha mejorado gracias al cambio de
actitud de los hombres hacia ellas.
Aún así, el machismo persiste y la
violencia doméstica, no sin falsas denuncias por parte de mujeres y el aumento
de casos reales.
La solución está en la coeducación y en
los libros.
Terminado el segundo epígrafe,
tenemos la intención de comentar la importancia y actualidad del tema de este
texto. Como vemos es un texto que se refiere a un tema, desgraciadamente,
actual en el que muchas mujeres son maltratadas por sus parejas. Sin embargo,
en este texto también interpretamos temas que explican las falsas denuncias
hacia exmaridos y el aumento de la violencia. Su importancia estriba en su
carácter conciliador, en el que Rosa Montero desea llegar a un acuerdo de
“sexos” y que hombres y mujeres tengan los mismos derechos. De hecho, dice en
la última línea: “No sé si
se puede extraer alguna enseñanza de esto, pero, si tienes hijos, ¡regálales
libros!”. Como vemos aboga por la cultura, la
cual sanará el problema consiguiendo educar a niños y niñas en la igualdad.
Después
de observar la importancia y actualidad del texto escrito por la periodista
Montero, oteamos que usa diversos argumentos para apoyar la tesis que nos
presentaba al principio. Estos se distribuyen desde la línea dos hasta el final
del tercer párrafo, caracterizándose este último por la carga argumental. Algunos
de ellos son los próximos:
En el
primer párrafo, encontramos cuatro argumentos, un ejemplo es “¿Saben que el
principal medio de transporte de mercancías en el interior de África son las
mujeres?” (líneas 3-4) (argumento afectivo-emotivo).
En el párrafo
dos, vemos tres argumentos siendo uno de ellos de conocimiento general o
experiencia personal: “Si en el mundo ha mejorado la situación femenina es
porque los hombres también han cambiado, como es obvio” (principio del
párrafo).
En el
próximo párrafo, se sitúan la mayoría de los argumentos, tomando como ejemplo
uno afectivo-emotivo: “Cartas de mujeres denunciando un recrudecimiento del
sexismo y campañas machistas para hacer creer que lo de la violencia contra la
mujer es un invento” (líneas 11-13).
Y en el
último de todos, encontramos tres argumentos escogiendo como ilustración uno de
autoridad: “La primatóloga Melissa Hines dio juguetes humanos a unos jóvenes
monitos: muñecas, coches y libros ilustrados” (principio del párrafo).
En
relación al estilo de la autora, vislumbramos que es divulgativo, ya que habla
de un tema de rabiosa actualidad y usa un léxico asequible para cualquier
lector curioso. Además, usa una serie de argumentos que sirven de cimiento para
su tesis e incluso hace más amena la lectura.
Vinculado
a los marcadores textuales, oteamos algunos como el conector disyuntivo “o”
(línea 1), los dos estructuradores de la información: “Por un lado” y “por
otro” (línea 3), los contra-argumentativos “pero” (penúltima línea del texto) y
“sin embargo” (línea 8) y el conector causal “porque” del segundo párrafo.
A lo
siguiente que nos vamos a referir es al análisis de los recursos estilísticos
presentes en el texto. De ahí que comentemos los mecanismos de cohesión y los
recursos literarios. En primer término, vemos que la autora usa diversos
mecanismos para hilar las partes del texto y así darle cohesión. Algunos de los
encontrados son la anáfora, localizada en la línea cuatro con el vocablo
“hembras”, un elemento catafórico con el determinante indefinido “todas” de la
misma línea o un elemento deíctico visto en la utilización del pronombre
personal átono: “Me” (línea dos). Otros mecanismos de cohesión que traemos a
colación son la elipsis de “yo” en la oración: “Y
creo que también tienen razón”
(tercer párrafo), la sustitución (“los dos” en el último párrafo), isotopía
gramatical con la repetición de diferentes categorías gramaticales como
“mujeres, hombres, hembras, bestias, evolución o víctimas”, pertenecientes a la
clase de palabra sustantivo, isotopía semántica observada en el uso de palabras
del mismo campo léxico-semántico de juguetes: “Muñecas, coches y libros”
(último párrafo) o los ya nombrados y comentados marcadores textuales. También
tenemos elementos de cohesión léxica como la sinonimia localizada, ante todo,
en el primer párrafo: “Mujeres, hembras y víctimas”, la cual aporta riqueza
léxica al texto y evita la redundancia. Y en segundo término, podemos nombrar
algunos recursos literarios que se apoyan en la función poética y que dotan al
artículo de belleza literaria. Así, podemos hacer referencia a la metáfora
“cimbreantes” con la que nos indica la fortaleza física de las mujeres
africanas (primer párrafo) o la anáfora “cartas” con la repetición de esta
palabra en el tercer párrafo. Con ella, recalca su mensaje sobre la injusticia
que existe en todos los bandos: tanto en el aumento del machismo como en las
falsas denuncias.
Siguiendo
con este epígrafe, pensamos que es importante también nombrar el vocabulario
del texto y analizarlo convenientemente. Por ello, hablaremos de cómo se
organiza y cuáles son los procedimientos de formación de palabras que más
abundan. De esta forma, vislumbramos la preeminencia de voces patrimoniales en
el texto (“mujeres, hombres o hijos”), si bien aparecen algunos semicultismos y
cultismos, que dotan al texto de un carácter culto: “Cimbreantes o femenina”.
Esto se debe a que, a pesar de querer añadir un estilo docto, también pretende
acercar su texto a un receptor amplio. En añadido, utiliza neologismos como “cimbreantes”
y observamos que el texto está ausente de préstamos léxicos. En consonancia con
lo que estamos diciendo están los procedimientos de formación de palabras,
predominando aquí la derivación: “Cimbreantes, recelos o sexismo”, aunque
también existe parasíntesis (“recrudecimiento” en el tercer párrafo) o palabras
compuestas como “primatóloga” (último párrafo). La razón radica, una vez más,
en su estilo, es decir, desea acercar esta problemática a cualquier lector
curioso. Sobre otros procedimientos como las siglas y los acrónimos no hemos
localizado ningún ejemplo textual.
En
referencia a las relaciones semánticas, hemos divisado dos antónimos en el
texto con las dos palabras clave: “hombres / mujeres” o el hiperónimo
“juguetes”, sus hipónimos “muñecas” y “coches” y su cohiponimia “juguetes”. Con
estas, se tiene la intención de enriquecer el texto a través de no solo
palabras que se atraigan, sino que se opongan. Otra relación semántica es la
sinonimia ya comentada líneas atrás.
Una vez finalizado el análisis de los
elementos lingüísticos que conforman el texto, nos posicionamos a favor de la
tesis de la autora, porque es cierto que, si bien estamos en otros tiempos, las
viejas riñas continúan entre hombres y mujeres. Es una pena que pase, pero es verdad
que actualmente hay mujeres que, desafortunadamente, no tienen los mismos
derechos que los hombres. Aún así, se ha luchado para que esta situación acabe
con algunos éxitos y se ha intentado minimizar los fracasos.
En resumen, hemos comentado un texto
expositivo-argumentativo con las referidas características que lo diferencian y
del que sabemos que predomina la función apelativa o conativa. También hemos
dicho que se sustenta con una tesis, de la que estamos a favor, y que se apoya
en una serie de argumentos de diverso tipo. Su estilo es atractivo y su mensaje
es claro: hay que exterminar el problema de raíz.
Personalmente, creo que es un texto
importante para entender qué pasa hoy en día y para mantenernos informados
sobre lo que nos rodea. Por tanto, opino que la valoración del documento es
positiva y que es un artículo de obligada lectura accesible para cualquier
persona curiosa que desee ahondar en sus conocimientos sobre la crudeza del
machismo y sobre el mal uso de las denuncias.
Su originalidad estriba en la forma
en la que trata el tema tan conocido por nosotros, pero que lo condimenta con
un halo de reflexión de principio a fin. Esto hace que nos preguntemos qué está
ocurriendo y cuál es la posible solución a un tema tan candente: “No sé si se puede extraer alguna enseñanza de
esto, pero, si tienes hijos, ¡regálales libros!”
(última línea).
Y como punto final a este comentario,
vemos que la ideología que podría estar detrás de las palabras de la autora es
la progresista, con la que muestra una tendencia clara hacia izquierda y como
valor nos quiere transmitir lo importante que es la cultura para erradicar este
problema milenario (véase tercer párrafo y sobre todo el último).
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